Las piedrecitas azules...

lunes, 19 de enero de 2009
Posted by P.F.



Había una vez dos piedrecitas que vivían en medio de otras de diferentes colores en el lecho de un torrente. Se distinguían entre todas las demás porque eran de un intenso color azul. Cuando les llegaba el sol, brillaban como dos pedacitos de cielo caídos al agua. Ellas conversaban en lo que serían cuando alguien las descubriera: "Acabaremos en la corona de una reina" se decían.

Un día por fin fueron recogidas por una mano humana. Varios días estuvieron sofocándose en diversas cajas, hasta que alguien las tomo y oprimió contra una pared, igual que a muchas otras, introduciéndolas en un lecho de cemento pegajoso.

Lloraron, suplicaron, insultaron, amenazaron, pero dos golpes de martillo las hundieron todavía más en aquel cemento.

A partir de entonces solo pensaban en huir. Trabaron amistad con un hilo de agua que de cuando en cuando corría por encima de ellas y le decían:
- "Fíltrate por debajo de nosotras y arráncanos de está maldita pared".

Así lo hizo el hilo de agua y al cabo de unos meses las piedrecitas ya bailaban un poco en su lecho. Finalmente en una noche húmeda las dos piedrecitas cayeron al suelo y yaciendo por tierra echaron una mirada a lo que había sido su prisión. La luz de la luna iluminaba un espléndido mosaico. Miles de piedrecitas de oro y de colores formaban la
figura de Cristo.

Pero en el rostro del Señor había algo raro, estaba ciego. Sus ojos carecían de pupilas. Las dos piedrecitas comprendieron... Eran ellas las pupilas de Cristo.

Por la mañana un hombre distraído piso algo extraño en el suelo. En medio de la penumbra pasó la escoba, junto las piedritas y las tiro al cesto de basura.

Cristo tiene un plan maravilloso para cada uno de nosotros, que a veces no entendemos y por hacer nuestra propia obra malogramos lo que El había trazado.

Debemos confiar en Su amor y en su gracia. Debemos confiar en Su plan para nuestras vidas aún cuando no comprendamos nada… Aún cuando las cosas nos parezca que salen del revés… Al final, un día, si dejamos que Él guíe nuestra vida y confiamos a pesar de no poder ver… Comprenderemos por qué las cosas fueron de ese modo y no de otro. “Si nosotros pudiésemos ver el fin desde el principio como Dios hace, haríamos justo lo mismo que Él”. Nosotros solo vemos lo que hay delante de nuestras narices, estamos tentados a desconfiar de Él, pero no debemos caer en ese error. Dios nos ama más que nadie, y quiere lo mejor para nosotros. Debemos poner nuestra vida en Sus manos y dejarla ahí… Es el lugar más seguro del mundo… Aunque a veces… por un tiempo… parezca que estamos mal… todo tiene un sentido, todo es parte de un Plan Superior de nuestro Dios.

Nosotros somos las pupilas de Cristo. Él nos necesita para que a través de nosotros nuestros hermanos puedan ver el amor de Dios hacia el mundo.

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