¿Porqué tanto “revolú”?
jueves, 8 de enero de 2009
Publicado originalmente el 27 de diciembre de 2008
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”
(Mateo 24:35)
Ciertamente los acontecimientos que se han venido presentando mundialmente desde hace un cierto tiempo hacia acá nos recuerdan que algo grande se avecina. Obviamente no me estoy refiriendo con esto a la falacia del cataclismo supuesto a ocurrir en el 2012 y en el cual muchos creyentes y ateos han puesto sus ojos, tanto para “prevenir” o “asustar”, o bien para “ridiculizar”, no importa. Todos tienen algo que comentar.
Triste es su condición. Pienso que si tan solo utilizaran un poco de tiempo en estudiar las cosas que tienen sentido, la Biblia para ser más específico, para rabia y enfurecimiento de los que no creen en sus páginas, en vez de malgastarlo en otros menesteres que no aportan a nada.
La cita bíblica mencionada al comienzo tiene que ver mucho con esto. ¿Por qué? Pues porque en la Biblia podemos hallar la respuesta a muchas de las interrogantes de estos últimos tiempos. Incluso respuestas para aquellos que vendrán a criticar neciamente sus palabras luego de haber leído estas líneas.
Tanto para los creyentes como para los no creyentes Jesús dejó un claro mensaje, incluso para prevenirlos de todos los acontecimientos que precederían su segunda venida. Por lo tanto creo que sinceramente es una pérdida de tiempo y un desperdicio el estar defendiendo lo indefendible. Cada vez me convenzo mas de que cada precioso momento que nuestro amante Salvador nos regala debe ser aprovechado en el enriquecimiento personal de conocimiento y en la salvación de las “almas” o personas, para aquellos que crean que me refiero a otra cosa.
Podrán decir, escribir, cambiar, modificar, añadir o atacar lo que quieran. Pero algo que permanecerá hasta los días del fin será la Palabra de Dios. La original. Tanto el antiguo Testamento que Jesús leía en las sinagogas como el Nuevo Testamento que habla de su vida y su legado a su iglesia.
Cualquier cosa podrá caducar y pasar de moda excepto una: la Palabra de Dios.
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