¡Predicciones no es lo mismo que profecías!

martes, 12 de mayo de 2009
Posted by P.F.


La humanidad siempre ha estado preocupada por saber el futuro y en muchas y variadas ocasiones han buscado respuestas en agentes humanos, inspirados únicamente por su propia humanidad. A través de la historia podemos encontrar diversos ejemplos de personajes pintorescos a los cuáles acudían las masas en busca de consejos.

Uno de los más controversiales de todos los tiempos lo es el “famoso” Nostradamus, a quién se le adjudican erróneamente profecías que parecieran explicar sucesos aparentemente “inesperados” o bien, faltos de cualquier otra explicación racional o científica. Aunque son varios los ejemplos, en esta oportunidad investigaremos a éste, ya que ha sido uno de los más mencionados en los pasados años, y tal vez aquellos que nunca hayan oído hablar de él o sus profecías, al menos habrán oído alguna cosa, por vaga que sea, sobre este personaje.

¿Quién era Nostradamus?

Nostradamus o Miquél de Nostradama, fue un asiduo estudioso de los comportamientos celestes, relacionando situaciones de la mecánica espacial o Newtoniana con aplicaciones astrológicas. También fue médico. Nacido en Francia, y partícipe de la aristocracia, fue considerado como uno delos grandes de su tiempo e incluso hasta nuestros días llega parte de su fama.

Según muchos estudiosos de su vida e historiadores, la pasión o “capacidad” de profetizar eventos que poseía Nostradamus era algo que era condenado por la Iglesia Romana como herético, razón supuesta por la que él decidió formular sus “inspiraciones” en una lenguaje difícil de descifrar y en algunas ocasiones críptico, de modo que no pudieran delatarlo ni frente a la Corona ni frente a la Iglesia.

Aunque su manera de escribir es semejante a la de muchos de los escritores de su tiempo, lo cual arroja una cierta capa de dudas sobre sus afirmaciones proféticas, lo cierto es que muchos de sus defensores le adjudican el haber profetizado cantidad enorme de eventos futurísticos que tuvieron lugar en los años subsiguientes a su muerte o bien, aparentemente siglos más tarde.

Algo que es muy cierto es que no son profecías, simplemente podríamos llamarlos versos, tal como lo que componen un poema o tal vez la letra de una canción, ya que podría darse la casualidad de que por ejemplo yo escribiera en lírica:

“ … y cayeron por el túnel que lleva al abismo,

aquel que lleva a la multitud de aguas y en

la cual yace la luz brillante y peligrosa…”

Podríamos interpretar los versos antes mencionados como un accidente automovilístico (ocurrido tiempo después de que me inspiré para escribir las letras de una canción que luego “pegó” en la radio), en el cual el o los autos caen desde una via de rodaje en un puente tal vez, cayendo a las “aguas”, interpretando aguas como multitud. Tal vez el accidentado carro cayó sobre una urbanización y para colmo de males y a causa del impacto, se incendió un tanque de gas de una de las casas de la urbanización…

¡Podríamos decir entonces, luego de este vago ejemplo que soy un profeta! Creo que de ninguna manera. Tal vez si terminara la canción o luego de haber finalizado el disco y analizado sus letras podríamos…

Semejantes barbaridades y adjudicaciones ampliamente generalizadas son las características principales de estos personajes que algunos confunden con profetas. Fíjense que no son eventos directos, ni fechas definidas ni lugares específicos. NINGUNA de las profecías de Nostradamus ni de ningún otro mensajero inspirado humanamente son verdaderas ni dignas de confianza. Mucho menos dignas de que empleemos el tiempo en buscare la “quinta pata al gato”, buscando una explicación o interpretación donde en realidad lo que hay es una línea de pensamiento o simplemente un poema.

Sin embargo, muchos de sus detractores y escépticos comparan erróneamente sus métodos proféticos con aquellos descritos en la Biblia, especialmente según ellos con las profecías del Apocalipsis. Lo que no saben estas buenas personas es que las profecías apocalípticas no están aisladas del resto de las profecías halladas en un buen número de libros de la Biblia. No hacen otra cosa más que mostrar su completa y absoluta ignorancia referente a los temas bíblicos, los cuales desafortunadamente no están exentos de malas interpretaciones por parte de distintas creencias evangélicas (interdenominacionales).

Muchos de estos hermanos de distintas denominaciones olvidan el hecho importante de que la Biblia se debe dejar interpretar por ella misma, y no deberíamos ponernos a buscar interpretaciones que convengan o no convengan a intereses particulares, o que estén de acuerdo a ideas preconcebidas o defendidas por predecesores del movimiento, sea este de la denominación que sea.

Simplemente si no está de acuerdo con la Biblia, y no contiene especificidad en sus declaraciones, no lo creamos. Recordemos el versículo que estudiamos hace algunos días atrás:

8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.

9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.

(Gálatas 1:8-9)

Pero entonces, ¿cómo y de qué modo se diferencian las profecías bíblicas de las del resto de los falsos profetas hallados a lo largo de la historia…?

Lo discutiremos en una próxima ocasión.


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